Ollanta atenazado ?

Cuatro puntos para un Presidente atenazado

Atenazado. Así califica Julio Cotler la situación de Humala. Si Conga cae, puede caerse toda la inversión minera indispensable en cualquier escenario futuro. Cae también con un posible juicio internacional que el Estado perdería. Si Conga continúa, se le da plataforma política a un grupo que utilizará el avance de las obras de represamiento y la futura operación de la mina para crear una situación de inestabilidad permanente con trágicas muertes, heridos y daños a la propiedad que ya hemos visto ejecutarse con total impunidad.

Humala, dice Cotler, no tiene la llave política para soltarse de esta tenaza. ¿No la tiene? Pero ¿qué hace un político cuando hace política?

Lo primero, crea alianzas duraderas. Locales, regionales y nacionales. El trabajo del Ministro René Cornejo con los alcaldes distritales y provinciales de Cajamarca, asegurando una inversión de S/.1.500 millones, principalmente en saneamiento, es el camino que permitió que muchos de estos aparecieran en Palacio de Gobierno sin sentir que podrían ser calificados de traidores. Ese camino debe continuar y activarse movilizando la mayor participación popular en la obra pública. Cajamarca tiene 13 alcaldes provinciales. 2 se oponen al proyecto Conga. Las alianzas con los otros 11 y sus beneficios locales pueden tener un efecto espejo importante.

Las alianzas con los demás presidentes regionales están para hacerse ayer. Hay la mejor disposición de alejarse del “modelo Santos”. No se puede maltratar entonces, como se hizo en Espinar, al Presidente Regional del Cusco, situación salvada por los buenos oficios de Pulgar Vidal. Los presidentes regionales deben entrar y salir del despacho Presidencial y del MEF como de su oficina. Puertas abiertas garantizan alianzas duraderas. Lo mismo en el Congreso. Si Humala tuviera una correcta lectura de la situación vería que una alianza para poner a Víctor Andrés García Belaunde en la Mesa Directiva le garantiza, políticamente, mucho más de lo que pierde.

Lo segundo, evita la victimización del adversario. La población se identifica con el débil y desprecia al poderoso y arrogante; y el gobierno nacional siempre será lo segundo en el interior del país. Errores políticos garrafales, como detener a Marco Arana y golpearlo deben ser públicamente sancionados. Jamás se deben utilizar armas de fuego letales para reprimir una turba y jamás debe permitirse que el ejército participe en esa contención. El resultado son heridos, muertos y el odio profundo y perpetuo del pueblo. Justicia y sanción  sería un cambio bienvenido.

Lo tercero, habla. La política es comunicar, persuadir, enamorar. Ese proceso no termina en la segunda vuelta. Ahí empieza. El Presidente debe constituirse en Cajamarca y hablar en cada plaza de cada una de las provincias en las que hizo campaña. Usar la radio y televisión local. Tratar con libertad a la prensa local.

Caminar, visitar obras y hablar con la gente. Demostrar que el líder no tiene miedo ni rabo de paja.
Y, lo cuarto, ofrece victorias políticas al adversario político. Humala ha leído a Sun Tzu y sabe que tiene que dejar un puente al enemigo para que escape. Esa victoria es la caída del gabinete. Debe presentarla así, con toda humildad y a partir de ahí construir un gabinete que le sea políticamente más útil. Dejar a Valdés para no “darle el gusto” a sus adversarios es un error. La posibilidad de saber en qué darles gusto es justamente su fortaleza.

Se nota que tu maestro y guia, Alberto Fujimori te adiestro bien en el "arte de gobernar"