EL SERVILISMO
El servilismo es prácticamente una conducta oficial en partidos políticos donde un individuo endiosado y supuestamente iluminado, concentra en sus manos todo el Poder y lo maneja con absoluta discrecionalidad
EL SERVILISMO “ciega y baja adhesión a la autoridad de alguien”. Este concepto dilucida a quien por rastrero y de poca estimación, actúa con el velado propósito de adular sin medir consecuencia alguna. Sólo para demostrar una burda lealtad que raya con una aberrante obediencia, sin pudor ni moderación..
Se dice que la raíz del servilismo está en la ineptitud o incapacidad del individuo para ganarse la vida honradamente. Estas razones condicionan la conducta de muchos quienes no han sabido prepararse para enfrentar la vida por sus propios medios y recursos cognitivos y emocionales por lo que para sobrevivir tienen que plegarse a actitudes serviles.
A partir de esto, pudiera pensarse que en el mundo existen dos tipos de personas: las que morirían defendiendo su libertad y las que morirían si no tuviesen un “trasero que besar”..
La falta de tolerancia y el deseo de dirigentes políticos de perpetuarse en el poder, son representativos de una historia de utilización servilista de nunca acabar.
Para estos representantes autocráticos y absolutistas, lo que vale de las personas a las que nombran como dirigentes subalternos digitados y los mantienen a su servicio, no es la probidad personal, ni la capacidad profesional, ni la preparación intelectual, ni la voluntad de servicio o la habilidad para servirlos. Lo que cuenta para el autócrata narcisista es la fidelidad perruna del subordinado, el servilismo lacayuno, la disposición a “dar la vida por el hombre”.
¿No es el colmo del servilismo la actitud de la rosca de aduladores y zalameros, que todo se lo aprueban porque ya no son capaces de tener pensamientos propios?
El diccionario lo define como una muestra de excesiva sumisión ante alguien superior a quien se adula, se sirve o se complace de manera incondicional y generalmente interesada. Estrujando su propia dignidad.
Aquel que dice admira, aprecia al “líder” que lo humilla y agregue que acata con gusto su “sabia decisión”
Este servilismo político cuando manipula las mentes de fanáticos para valerse de su obcecación y ponerlos al servicio de patrañas y causas infundadas, se convierte en un arma de “doble filo”. Uno, cercena voluntades. El otro, capacidades.
Pero al final envilece no sólo hombres vacíos de condiciones para luchar por sus libertades. Igualmente, cercenar intencionalmente fundamentos espirituales y democráticos sobre los cuales se edifica una sociedad que apuesta a la honestidad, la responsabilidad y a la dignidad.
Cuando los serviles de un Dirigente tratan de legitimar manifestaciones de supuesta lealtad, los caminos de la historia se ven manchados de una ignominia que deshonra todo esfuerzo pasado ejecutado en aras de consolidar sentimientos de libertades, derechos y soberanía a toda prueba.
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